Proyecto experimental Lazarillo.
Lazarillo es un proyecto experimental en el marco de la cátedra de innovación en interacción y realidad aumentada de la Licenciatura en Diseño Multimedia y de Interacción de UADE (Fundación UADE) a cargo de Franco Pellegrini.
“En los diferentes proyectos buscamos que los integrantes de los sprints potencien sus habilidades y que logren encontrar soluciones de impacto social con problemáticas que son planteadas por miembros del Gobierno de la Ciudad. El marco de trabajo utilizado es el de Google Design Sprint, que ayuda a impulsar procesos de ideación e iteración agile”explico Franco Pellegrini.
LAZARILLO. El concepto.
Transitar la Ciudad de Buenos Aires sea para ir al trabajo, la facultad, al médico, es una actividad que realizamos todos los días. Algo que nos resulta tan común que hay momentos en que lo hacemos de manera inconsciente.
Sin embargo, hay parte de nuestra sociedad que vive esta realidad de una manera casi opuesta. Personas que lo experimentan hasta como si se tratara de un desafío: las personas no videntes. Fue esa inquietud la que nos inspiró a generar LAZARILLO.
¿Cómo empezó el proyecto?
En principio, el requisito era realizar un prototipo que estuviera relacionado con las temáticas de transporte, salud o educación. Nosotros optamos por ir más allá, y desarrollar un producto que no sólo se relacionara con el transporte, sino que respondiera a las necesidades de los usuarios menos escuchados. Fue así, como iniciamos uno de los desafíos más complejos e interesantes de nuestra carrera.
LAZARILLO consiste en una aplicación mobile que tiene como principal objetivo ayudar a las personas no videntes a transitar la Ciudad de Buenos Aires. A través del diseño de la interfaz y de un dispositivo en forma de pulsera buscamos hacer que su experiencia de viaje sea lo más satisfactoria y simple posible.
Antes de comenzar a diseñar, nos pareció de suma importancia conocer mejor a nuestros usuarios. Dado que ninguno de nosotros padece esta discapacidad ni conoce a nadie que lo haga, nos contactamos con la Escuela N° 503 de Munro, Vicente López. La misma se dedica a la enseñanza a personas no videntes, y sus docentes, muy amablemente, nos sumergieron en el mundo de experiencias que estos usuarios viven en su día a día, al transitar la Ciudad e, incluso, al usar dispositivos móviles.
Ellas nos dieron insights que nos permitieron entender con mayor claridad las necesidades de nuestro “target”. Entre otras, una de las más emblemáticas fue el hecho de que los no videntes prefieren iOS sobre Android debido a que la navegación del sistema no se modifica tras actualizar. Otro gran detalle es que la infraestructura de la Ciudad está sumamente desgastada, lo que hace que los no videntes sean incapaces de leer las indicaciones. Algunas piezas, incluso, están colocadas al revés.
“Estos y muchos otros datos nos permitieron dar comienzo al proyecto” comentaba Mercedes Barrón.
¿Cómo fue el proceso de diseño?
El primer paso, antes de siquiera pensar en el diseño de cada pantalla, consistió en hacer un relevamiento acerca de aplicaciones y dispositivos para no videntes que se hayan diseñado alrededor del mundo. Eso nos dio las claves para saber qué es lo que hay en el mercado, cuáles son sus puntos fuertes y débiles, y qué es lo que nosotros podemos sumar a lo que ya existe.
Una vez hecho el análisis, comenzamos a diagramar cómo sería el flujo de dicha aplicación. Qué contendría cada sección y cómo estaría organizado el contenido.
Tras varias reuniones de brainstorming, concluimos que la mejor decisión sería que la aplicación estuviera segmentada en dos grandes interfaces. Una de ellas estaría destinada para el público objetivo, y funcionaría como un GPS que acompaña a los usuarios a través de audios. Mientras que la otra sección estaría abocada a aquellos usuarios que desearan ofrecerse como voluntarios para contribuir con la causa y acompañar a aquellos no videntes que no cuentan con familiares, amigos ni la suficiente confianza para navegar la ciudad de forma independiente. Los no videntes podrían conectarse con los voluntarios y, juntos, agendar encuentros para acudir a eventos, realizar trámites y cumplir con cualquier compromiso o salida que el no vidente tenga.
Una vez definido el flujo, comenzó la etapa de wireframes en donde bajamos a papel cómo podrían ser cada una de esas pantallas que componen la aplicación. Después de muchas idas y venidas, pudimos definir el diseño y comenzar a digitalizarlo para convertirlo en el prototipo más real posible.
Al finalizar el diseño de la aplicación, nos dimos cuenta de que implicaba un gran riesgo que los usuarios tengan que sacar sus celulares del bolsillo para navegar el producto. Esta problemática nos llevó a la ideación y prototipado de un dispositivo pulsera que se pudiese atar al bastón del usuario, y que cuente con botones que le permitan desplazarse por la aplicación y ejecutar las acciones necesarias sin temer por su seguridad.
Terminada la etapa de diseño, testeamos nuestro producto con usuarios para diagramar un Customer Journey apropiado. El mismo muestra de manera gráfica cómo son las interacciones y usos que el no vidente tiene con nuestro producto.
Conclusión
A modo de conclusión, podemos decir que LAZARILLO fue uno de los productos más interesantes que desarrollamos. Genera engagement con una minoría que suele no ser escuchada ni atendida, y busca solucionar algo tan cotidiano como lo es viajar y transitar la Ciudad.
Es importante destacar que no solo ayuda a los no videntes, sino que también funciona como una llamada de alerta para que estemos más atentos a las necesidades de todos los segmentos de la población. Invitamos a que todos contribuyan en mejorar la calidad de vida de toda nuestra sociedad.
“LAZARILLO fue uno de los proyectos más desafiantes e interesantes que hice a lo largo de mi carrera. Buscar soluciones para usuarios no videntes fue algo completamente diferente. Buscamos ayuda a personas que pudieran sumergirnos en este nuevo mundo para poder comprender las verdaderas necesidades de estos ciudadanos, y cómo es su día a día con dispositivos tecnológicos y con algo tan sencillo como viajar.” Mercedes Barrón.
Equipo: Mercedes Barrón, Francisco Crespi, Christian Hess, Martina Lucifora y Nathalie Rosengarten.
Representantes del GCBA: Maria Puchuri y Sol Degl’innocenti.
Mentor del Proyecto: Franco Pellegrini.